
Admiración es lo que siento por María Garzón. Y por encima de todo orgullo de conocer a una persona increíblemente noble y valiente. Porque es integridad y valor (con doble sentido) lo que desprende por cada poro de su piel cuando lucha por acabar con las injusticias, cuando se deja el alma trabajando por los derechos de las mujeres. Licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas (e hija del juez Baltasar Garzón), su compromiso por aquello que realmente importa es el motor de su vida. Sin atisbo de dudas, la coherencia y los valores la definen como un ser humano necesario. Y por todo ello necesitamos muchas más como ella.
Como Garzón y Molina que eres, eres un ser humano imprescindible María.
Mia Men
Mucho se ha teorizado sobre los efectos de la falta de memoria colectiva en una sociedad; sobre las consecuencias de la falta de conciencia de la ciudadanía sobre cómo se ha llegado al momento actual, de por qué se gozan de los derechos que se tienen en este momento, de por qué quedan muchos por conquistar, o por qué hay algunos que sólo se pueden ejercer a medias. España no es diferente en este sentido. Nuestra sociedad se enfrenta ahora mismo a una pandemia global que, más allá de los efectos devastadores sobre la salud y la vida de muchas personas, tendrá efectos sobre nuestro imaginario colectivo, sobre nuestra manera de interrelacionarnos y sobre el futuro que cada día vamos construyendo. Es por eso que, una vez más, se hace necesaria una reflexión sobre nuestro pasado para entender cómo estamos reaccionando a la pandemia, no sólo sanitaria sino socialmente, y repensar cómo queremos que sea nuestro futuro.
Vemos estos días como la crispación y de insulto ha abandonado el protegido anonimato de las redes sociales donde llevaban tiempo campando a sus anchas para ocupar espacios públicos, en el Parlamento y en las calles de las principales ciudades. En un claro ejemplo de como las victorias en la conquista de los derechos son efímeras si no se han trabajado profundamente, veo como compañeras feministas están siendo agredidas verbal y físicamente por defender o haber defendido los derechos de las mujeres y una igualdad que dista mucho de estar conseguida. Además, sindicalistas, artistas republicanos, periodistas, están siendo señalados y, aunque poco se reseña en los medios de comunicación, tras las últimas manifestaciones de corte fascista en las ciudades españolas, agredido en Málaga, Granada, Madrid y Barcelona, al albor de una masculinidad hegemónica que se ha perpetuado ante la falta de políticas serias y de calado en una España que abrazó el progreso y el capitalismo pero que se dejó por el camino la Memoria, la Justicia, los derechos de las mujeres y la conciencia crítica, entre otras muchas cosas.
Recuerdo mi adolescencia, cuando veía grupos de los llamado cabezas rapadas que quedaban cerca de mi casa para bajar a Madrid a pegar a “rojos, maricones y negros”. Recuerdo ver agresiones en el metro, en parques, a desconocidos y a amigos; y aunque soy consciente de que nunca han desaparecido, sí son situaciones que parecían haber pasado a un plano residual en una España más tolerante, que acabó asimilando la normalidad que tienen los matrimonios entre personas del mismo sexo, que clamaba por los derechos de los mayores, y de los colectivos más vulnerables, o que recientemente salía en masa sin miedo a decir que el feminismo es sinónimo de derechos, de avance, de igualdad, de una sociedad más sana y respetuosa.
Sin embargo, lo que tenemos ahora mismo es bien distinto. Cincuenta y dos diputados elegidos democráticamente por más de tres millones y medio de ciudadanos y ciudadanas están clamando contra todos esos logros desde las tribunas parlamentarias. Sus ideas están calando en cada vez más gente en una situación de vulnerabilidad como la que vivimos ante el COVID-19 y aquello que creíamos olvidado vuelve como una pesadilla no superada en nuestra realidad.
Hace 6 años comencé a dar talleres a adolescentes sobre los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación, como garantías de no repetición. Entonces, ponía la llamada “Ley Mordaza” como ejemplo de derechos recortados, pero no sólo esto, también los recortes en Sanidad y Educación, cuyos efectos, hemos visto aflorar de la peor de las maneras en estos días. Apenas unos años después me duele tener que reconocer que mis palabras sobre la obligación de poner conciencia como pueblo, como sociedad, de lo que nos había costado ganar estos derechos y de la necesidad de poner coto a la impunidad en este país, estaban en lo cierto. ¿O acaso se nos han olvidado ya que antes de la pandemia había amenazas a profesores por hablar de igualdad y derechos a nuestros chavales?
Es necesaria una reflexión del sistema, profunda, pues ver estos efectos no me hace sino pensar en la responsabilidad de aquellos que no reforzaron la educación sino que dejaron que se fuera deteriorando, convirtiendo las escuelas más en una fábrica de producción que en un laboratorio de ideas y creación de conciencia crítica; y también en la de los que no supieron ser valientes y ejecutar políticas de Memoria de calado, que rompieran de una vez por todas con la impunidad de un sistema dictatorial corrupto, racista, homófobo y misógino. Fue un error que se olvidaran de todo esto en pos de una sociedad armada sobre los pilares del individualismo, del “yo me lo merezco” y de la desmemoria. La impunidad es muy peligrosa y el desconocimiento de la propia historia, sumado a una incultura generalizada en un mundo de consumo y de lo superficial, un coctel perfecto para que aflore la insolidaridad y la intolerancia.
Debemos salir reforzados de esta crisis y eso pasa por repensarnos como sociedad. Debemos pensar en el grado de responsabilidad de cada uno y exigir que los que nos gobiernan no se enzarcen en peleas con aquellos que sólo buscan provocarles. Que abracen su responsabilidad y que tomen las riendas, pero mirando al pasado, aprendiendo de él para no cometer los mismos errores, sean propios o ajenos, pues eso poco importa si pensamos en lo colectivo. El COVID19 nos ha demostrado que la sociedad del bienestar no es tan cómoda como pensábamos y que las victorias son efímeras si no se hacen políticas públicas de calado, estructurales, que pongan en valor los derechos humanos como principal pilar, lo público como prioritario, y la conciencia crítica de la ciudadanía como imprescindible para hacernos más libres, y avanzar como especie en un entorno que nos pone a prueba, y lo seguirá haciendo.
María Garzón
Tan interesante como siempre, los escritos y reflexiones compartidas de María Garzón
Creo que lo que haces tú, apoyar y ayudar a la mujeres y gente que tiene opiniones diferentes a la de los demás, no es capaz de hacerlo todo el mundo por miedo o las criticas que van a recibir, por eso me gusta tu crítica, porque hablas por la gente que no puede hacerlo o que no tiene suficiente valor como para hacerlo. Tú haces justicia.
Sólo queria decir esto, y darte las gracias, espero que sigas así y mucho ánimo
Me parece que es un tema muy interesante ya que la igualdad de género se tendría que dar mucha importancia. Lo que ha hecho Maria Garzón me fascina porque darlo todo por trabajar para los derechos de las mujeres es una cosa grandiosa. El sistema también tendría que darle importancia, si que es verdad que de vez en cuando hablamos un poco, pero comentar un poco más este ayudaría bastante. También con las agresiones que ha habido durante en el confinamiento me parece horrible que haya sucedido. Estaría bien que la sociedad se diera cuenta de lo que está pasando.
Es una reflexión muy interesante estoy de acuerdo en todo, y lo mas interesante es la positividad de las cosas.
Lo mas importante es salir a delante y no vagar ni rendirse nunca.
Totalmente de acuerdo en todo el texto
Me sorprendió el hecho de que algunos profesores recibieron amenazas por hablar de igualdad de género, con esto, podemos ver cuán intolerante la sociedad es. Nuestra sociedad tecnológicamente está avanzando, pero psicológicamente y nuestra manera de pensar no han avanzado tan rápido. Nuestra sociedad parece que está retrocediendo, ciudadanos quieren eliminar leyes que se establecieron a partir del sudor de otros, la gente sabiendo que sus comentarios son ofensivos, aun siguen diciéndolo solo por creerse guays. Espero que en el futuro y en el presente, aparezcan más personas como María Garzón.
Maria Garzón una luchadora por acabar las injusticias.También destacar qur es admirada por las mujeres por luchar por sus derechos entre otras cosas que ha hecho
Este gran artículo me ha parecido una gran fuente de información de la sociedad en que estamos viviendo donde se reflexiona sobre los temas que más nos afectan a la sociedad y a la comunidad mundial que estamos creando y no educando debidamente a tener un pensamiento crítico y solidario hacia la gente que sea un poco distinto a ti o a lo demás y eso no te da razón para criticar los o hasta agredirlos verbalmente o fisicamente
Es muy triste que después de tantas luchas se haya avanzado tan poco debido a gente que no está dispuesta a escuchar, a abrir su mente. Con esto no digo que no hayamos avanzado en lo que se refiere al feminismo en la sociedad, lo hemos hecho y han habido cambios muy grandes. A lo que me refería es a que me pesa el no avanzar más debido a esos que tapan los logros y los pasos que se dan en la lucha hacia la igualdad. Debido a esto último, mucha gente esta desinformada y no entiende el objetivo de estos movimientos. En lo que se refiere a la educación, creo que es de las partes más importantes. Deberían enseñarnos a ser respetuosos y aceptar a los demás, sean como sean, desde niños. Así es como avanzaríamos mejor en esta tóxica sociedad.
Yo estoy de acuerdo con la escritora de este texto llamada María Garzón, mi opinión concuerda bastante con la suya. Si que es verdad que el tema de el feminismo lo hablamos aveces por encima en el colegio… Pero creo que este tema se le tendría que dar mucha más importancia, debido a que la sociedad comete muchas agresiones a las mujeres ya que las tratan de manera infravaloradas.
También se tendría que integrar en la sociedad el tema de LGTBIQ+, que significa: gays, lesbianas, transexuales, bisexuales y intersexuales, que son básicamente otros tipos de orientaciones sexuales mal vistas por la sociedad.
El Covid 19 ha marcado un antes y un después en todas nuestras vidas. Durante los largos días de confinamiento, hemos tenido un tiempo perfecto para reflexionar.
Algunos se han dado cuenta de las injusticias del mundo actual, de cómo muchas veces, en nuestro día a día predomina la desigualdad. También han visto cómo, por más que lo intentemos no podemos eliminar por completo ese sentimiento de odio hacia lo distinto, hacia lo desconocido.
Esperemos que el Covid 19 haya sido la chispa para iniciar lo que muchos han estado buscando siempre: la igualdad.
Creo que hay mucha gente que no sabe por qué las personas lgtb, las feministas etc. hacen tantas manifestaciones y luchan tanto por sus derechos. Esto pasa por lo que ha explicado María García sobre la pérdida de memoria colectiva, la gente se olvida de todo lo que han conseguido y de todo lo que les falta por luchar, no solo hablando de leyes, sino también socialmente, ya que hay mucha gente que no es capaz de respetar a personas que ven diferentes a ellos.
Sobre el texto que he leído a continuación destaco y estoy de acuerdo con varias cosas, la primera es que estoy de acuerdo en como ha afectado la pandemia mentalmente a la población, creo que ha afectado negativamente porque ha habido gente que a caído en depresiones etc. La segunda cosa en la que estoy de acuerdo es en como explica que no esta de acuerdo en que la gente maltrate a la otra gente la qual defiende el feminismo, y la ultima y en la que estoy muy pero que muy de acuerdo y debe impactar mucho es como afecta el ver maltrato, o peleas en la calle, en el metro, o en el barrio debe impactar mucho en el momento que paseas por ahi y recuerdas lo vivido, esto es lo que opino al respecto de este articulo.
Yo pienso que todo lo que dice de nuestra sociedad es verdad, cada dia pasan alguns casos de homofobia, racismo, machismo etc… Creo que estamos retrocediendo en el pasado y eso no es nada bueno.
En mi opinión María Garzón tiene razón ya que la discriminación es un tema muy importante y se debería hablar más sobre ese tema, hay mucha gente que lo pasa muy mal por culpa de la gente que les discrimina sea por su raza, color de piel, religión, cultura… Eso debería mejorar porque mucha gente lo pasa muy mal al recibir comentarios racistas, homófobos, machistas…
Tienes toda la razón! Después de haber luchado tantos años parece como si la gente hubiera dado un paso atrás. Solia pensar que vivíamos en una sociedad moderna, pero no es así. Creo que la gente prefiere pensar que todas las agresiones y todos los comentarios que hace la gente, son una minoría y pasan muy puntualmente, y aunque cada vez se van dando cuenta de la realidad, es como si prefirieran pensar que no es así.
Pero lo que odio más que diga la gente, es el típico «estamos muy bien comparado con tal país». Esta frase me hierve la sangre cada vez que la escucho, a que no querríamos ir a un medico en el cual se murieran un 80% de los pacientes si nuestra otra opción fuera un medico al que se le mueren un 90% de los pacientes. Pienso que diciendo eso, lo que en realidad estas diciendo es «estamos fatal pero podríamos estar peor», y esta claro que es verdad, pero porque no podríamos decir «estamos fatal deberíamos estar mejor».